23 de marzo de 2023

CADA MARATÓN TIENE SU HISTORIA...

... y alguna, más de una. E incluso hasta es  posible que una misma historia salte de una Maratón a otra, que perviva, que se renueve.  Yo tengo un entrañable caso que lo atestigua .

Mi historia de la Marató de Barcelona de 2017 fue por algo único, irrepetible... Y además esa  fue  una Marató, no con una, sino con dos historias. 

Sí, porque aquel año 2017  la organización decidió dejarnos salir los primeros, antes incluso que los atletas de élite a la gente de Egoísmo Positivo y otras organizaciones que también íban "tirando del carro", empujando sillas de ruedas. Así que ese año nosotros "abrimos" la Marató de Barcelona. Y fue algo realmente espectacular y emocionante el recorrer toda la calle de Sants sin nadie corriendo ni por delante, ni por detrás nuestro, enmedio de un silencio casi total, tan solo roto por la siempre animosa música en el carro de EP a todo trapo que, entre otros, iba empujando Sergio (quien nos dejaría tiempo después arrastrado por la dureza implacable de la ELA).

Pero esa maratón de 2017 me reservaba otra historia, mucho más entrañable, emotiva, amorosa, como yo relataba días después:

Esta es la cara que se te queda cuando, en plena Maratón de BCN descubres que ahí en la acera está tu tía -de 84 años- que se ha levantado a las 7 de la mañana para ir, ella solita, andando desde su casa solo para poder tratar de verte pasar ni que fuera fugazmente...
Qué menos que salir del grupo y correr a darle un abrazo.
¡Ole mi tieta Carmen, ole, ole y ole !

Sí, con 84 años, mi tia Carmen (una mujer menuda, esencialmente buena, y a quien la vida lleva golpeándola dura y repetidamente ya ni recuerdo desde hace cuántos años) se levantó a las 7 de la mañana de un frío día de primeros de marzo para irse andando (en un trayecto de subida constante desde su casa en La Bordeta hasta el cruce de Rambla Badal con la calle de Sants) tan solo para tratar de verme pasar ni que fuera en un visto y no visto.
Y lo consiguió. Y no solo eso; sino que, mientras yo no llegaba hasta ahí, le había contado a una mujer que estaba a su lado el porqué estaba ella ahí, a esas horas y sola. Y fue esa mujer, quizás enternecida por lo que acaba de oír, la que con su móvil me hizo esta foto, que después reveló en papel (como las fotos de antes) que días después mandó a mi tía.
Una pequeña pero muy entrañable historia


Esta Maratón de 2023 ha contado con una participación de más de 15.000 corredores, con mucho, mucho extranjero y con un 25% de participación femenina.
Esta maratón ha batido el récord de la prueba, tanto en hombres como en mujeres...

Pero sin ningún tipo de discusión esta Maratón ha tenido su propia gran historia, su propia gran gesta, el haber visto forjarse una leyenda.
Indiscutiblemente ésta será recordada como la
mARató
con dos mayúsculas de un nombre propio: el de un enorme Alex Roca, primera persona de la que se tenga constancia que haya corrido y terminado una maratón con un grado de discapacidad física del 76%.
A Álex, a Mari Carmen y a todo el animoso grupo que lo arropó el domingo, mis más sinceras felicitaciones. Fue sencillamente brutal.

A todo esto, los 84 años de entonces de mi tía Carmen de mi historia de 2017 se han redondeado ya ahora hasta los 90
Es por esto por lo que para mí, además de la AR en la historia de Álex, hubo también otro nombre propio, otra historia, otra AR en esta maratón que no fue otro que el de mi tia cARmen a sus 90 años. Por reincidente. Y es que, veréis.
Como sé que a ella estas cosas le hacen ilusión, el martes le mandé las imágenes de TV3 de la retransmisión que hizo en directo de la Maratón de Barcelona. (ver minuto 42) y de las de Teledeporte de RTVE: (ver minuto 2:20) porque en ambas salía yo, y ya digo, sé que a ella cosas así le gusta verlas.

Mi sorpresa fue cuando me llamó después de recibirlas, porque me dijo algo así como:

- Qué chulas Txabi, y qué primeros planos que te sacaron; y encima los de RTVE te llaman por tu nombre, con la de corredores que había... Pero yo ya te había visto el mismo domingo y en directo, porque sabía que se corría la Maratón y a las 8 ya estaba sentada frente al televisor para ver si lograba verte... ¡Y mira tu si te ví!. ¡Qué sorpresa, qué alegría!. Y seguí viendo toooda la maratón por si volvías a salir...

90 años y maratoniana pasiva... ¡No me digáis que no es grande mi menuda tía cARmen, heroína encadenada en dos de mis historias maratonianas!