... no podía ser para nadie más que para ellos.
Y es que, por mucho que te hubieran contado, por mucho que te hubieras imaginado, proyectado, visionado, cómo sería éste tu nuevo rol de abuelo, jamás de los jamases hubieras imaginado que fuera algo así de grande, de mágico, maravilloso, entrañable, amoroso...
¡ Mario, Vega... qué bueno que vinísteis !