Creo que cada vez tengo más claro que lo mío ya no es el competir corriendo, ni el obsesionarme con el Garmin, ni el buscar mi muñeca para detenerlo nada más pisar la alfombra de meta para ver cómo me ha ido hoy... ya no. Cada vez me interesa menos el competir (ni que haya sido siempre contra mí mismo) y sí el poder volver a divertirme corriendo, el poder continuar, mi mochila y yo, disfrutando del hecho de todavía poder seguir corriendo, y hacerlo solo por el correr por el correr