16 de Julio de 1976. Ese día, sobre las 10 de la mañana, estaba desayunando tranquilamente en el bar que había enfrente del despacho. No había móviles en esa época, así que me extrañó, y alertó, el que Mercedes, mi secre y amiga, me llamara al bar para decirme:
-Txabi, sube... acaba de llamar tu madre, muy nerviosa y dice que la llames enseguida.
Yo soy uno de los tipos más puntuales que existen. Que conste en acta.
En octubre de 1975 pasé revisión médica en Zaragoza porque me incorporaba como voluntario al Ejército del Aire, ya que no me libraba de "la mili" ni por asomo y -para mi desarrollo profesional- hacerla cuando me tocara me lo trastocaría todo. Pues bien, acaba la revisión, nos dijeron que nos incorporaríamos en julio u octubre del año siguiente. Posibles destinos: Reus, Cadaqués o Barcelona.
Por si las moscas, y me llamaban para que me incorporara en Julio, en el mes de Junio de 1976 me cogí vacaciones (unos inolvidables días en Cala Ratjada).
Llegó final de Junio, y nada. Llegó el 1 de Julio, el 5, el 10, el 13... y nada. Y llegó el 15 (fecha de incorporación). Y tampoco nada. Así que asumí que me incorporaba en Octubre. Y de ahí que tal día como hoy de hace 45 años, yo estuviera tranquilamente desayunando en Barcelona.
Subí, y llamé a mi madre, que estaba como la Maura: "Al borde de un ataque de nervios":
"Txabi, que me han llamado los militares, y me han dicho que tenías que haberte incorporado ayer a la Base Aérea de Reus; que eres un "prófugo del Ejercito del Aire".
Así que, adiós cena con mi chica (era el día de su santo) y adiós a mi vida de civil de un plumazo: a las 10 de la mañana estaba desayunando en la calle Aragón de Barcelona, y a las 14:15 cruzaba la barrera de control de la Base Aérea de Reus. Por delante, 15 meses vestido de aviador.
(por lo que parece, la comunicación por correo no me llegó porque ese año, en el mes de junio, hubo huelga de correos... y mi carta no llegó)
Así que pasé de aquí...
... a aquí, sin anestesia, sin pre-aviso, de un plumazo, en un plis-plas.
Lo que siempre digo: ¡lo que no me pase a mí!