No sé para vosotros pero, mirándolo fríamente, para mí este 2021 ha empezado rápido, muy rápido. Ya estamos acabando con su tercer día y tenemos todavía fresco el recuerdo, reciente, de la docena de uvas amontonadas medio tragadas en la boca cuando dieron las doce. 

Entre Navidad y fin de año me llegó la cinta. Ahora estamos con el debate de si debe seguir en la terraza (donde está y creo debe seguir) o encontrarle un lugar en una de las habitaciones.
Ésta fue su ubicación inicial. Ahora está en el otro extremo de la terraza. No es demasiado ruidosa y no molesta en exceso (en invierno al menos, con las ventanas cerradas de los vecinos; más adelante, ya veremos). Tras unos cuantos escarceos los primeros días, el día 1 la estrenó oficialmente Mario (éste sí que va rápido: arriba, foto de finales de agosto). Increíble la naturalidad con la que asumió lo que debía hacer una vez montada en ella. Una manera muy runner de empezar el año.

Ayer, día 2, si que fue mi estreno "oficial", a mediodía, un poco antes de comer. Andando, al trote, corriendo, en cuesta... Creo que le falta algo de lubricación bajo la cinta (porque la maquinaria es de lubricación automática).
Hoy "tocaba" Cursa Solidaria de Reis, en formato virtual. En principio quería correr los 5k en El Prat, en la zona del delta. Pero finalmente, el lugar elegido ha sido La Ciudadela. Los he corrido con mi compi Dilenia, que ha bajado de su destierro en Tossa esta misma mañana.
Temperatura 2 grados, cielo encapotado, sin viento. Y para no sufrir mucho el "efecto hamster" por el interior de La Ciudadela, hemos ido variando los lugares por donde íbamos corriendo; no ha habido una sola vuelta igual.

