La mañana de este sábado se ha levantado "behobiana": viento, frio, lluvia, niebla... Era como estar ahí, pero no. Para "revivirlo" a distancia me he enfundado mi primera camiseta behobiana, la de 2012, la de la primera de mis ocho ediciones consecutivas hasta hoy.
(Esto sí es novedad: incorporación de la bici a mi actividad: final de esta entrada)
... que de casa te echarán!.
Llegaron sin hacer ruido, ayudadas por su triste y anodino color beig carne (como el del sujetador o las medias "de las de toa la vida").
No sé a vosotros, pero a mí siempre me ha sonado a mote bélico, de tiempos de guerra, algo muy militar (“Medida gubernativa que, en situación de guerra o en circunstancias extraordinarias, prohíbe la libre circulación de la población civil por la calle a partir de una hora determinada”).
Des de dijous passat, i ja de bon matí, després d’anar de l’habitació al bany, del bany a la cuina i altra cop a l’habitació, he començat la creuada particular:
“Recuperar la talla d’isquios que em correspon”
