29 julio 2018

Y ESTO QUE ESTABA SIENDO BUENO...


Sí, porque después de la Cursa del Poble Sec, el 15 de julio, me había puesto “en barbecho”, de reposo absoluto. Sólo se me ocurrió saltármelo el sábado 21 para ir a correr-desayunar con “Domingo y la tropa de los sábados”.

Pero comentando con Laura el viernes un tema, me comentó que se iba al Circuit de Montmeló por la noche, a correr la Allianz Night Runner (que apadrinan y corren los hermanos Marc i Álex Márquez). Y así, de repente, sin pensármelo 2 veces, me dije: pues yo también voyTotal, que cojo la moto y me planto en el circuito tratando de conseguir un dorsal presencial, que consigo.

Y claro, pasó lo que tenía que pasar después de 12 días sin pegar palo al agua

Salida tranquila, pero a buen ritmo… para estar corriendo a las 20:30 a 31 grados
Tramo inicial plano-bajadita, seguido de una subidita considerable… con una bajadita prolongada (...todos estos "pequeños detalles sin importancia" no los aprecias por televisión viendo recorrer esos mismos tramos por las motos y los Fórmula 1)



Y fue al final de la bajada, en el km. 2,770 -en una carrera de 5km- y llevando un ritmo promedio hasta entonces de 5:13, cuando ¡zasca!, el isquio -a modo de pedrada- me dice una vez más que ya basta por hoy… y por una temporadita. Intento trotar suave, pero nada. Me toca acabar la vuelta al circuito andando, renqueante… dolorido.

En la última curva, antes de la recta de meta, me pasa como un obús, muy sobrado, Manuel Salvador (32:21), seguido por un siempre muy luchador Juanma Álvarez (32:31). Encaro yo la línea de meta; por delante, algo más de 400 metros… y no se me ocurre otra cosa que intentar hacerlos corriendo, apretando los dientes… y consigo hacerlo hasta unos 150 metros antes de llegar al arco de meta, porque fue entonces cuando una nueva pedrada me llevó a tener que hincar la rodilla en el suelo y tumbarme del intenso dolor en el isquio. 
Dejo pasar unos segundos, muchos segundos… y renqueante, reanudo la marcha a un ritmo suave, pero corriendo, hasta llegar a poder hacer el clásico give-me five con mis amigas de Barcelona Voluntaria apostadas en meta (Judith, Mari Carme, Gemma y Ximena).

(últimos segundos del primer vídeo, y primeros segundos del segundo)



La cara y la expresión de Ximena, una vez cruzada yo la línea de meta, es muy explícita al ver cómo tenía que tumbarme de nuevo en el suelo otra vez, porque el dolor era de los que yo no recuerdo.

Gracias a todos los que en el 2,770 y siguientes, y también una vez acabada la cursa, en la pasta-party, os interesasteis por mi maltrecha pierna. Sigo opinando que es un problema de DNI.














Felicitar a Mireia Suñé por su victoria en 5km, a Hasna Bahom, por la suya en 10km, así como a José Luís Blanco por la suya en 5km y al ya nombrado Manuel Salvador.




16 julio 2018

¡ Y CON ESTO Y UN BIZCOCHO...


...no vuelvo a correr otra cursa hasta pasado el mes ocho!

Mañana espléndida la de hoy, rodeado de muchos amigos, para despedir la temporada -yo al menos-  con la clásica "CURSA DEL POBLE SEC".

He llegado hasta aquí muy justito... el isquio ha vuelto a aparecer con fuerza en escena, reclamando todo su protagonismo. Ahora sí, ya toca descansar.
En septiembre volveremos a la carga, con un único objetivo en el horizonte:

La que será mi última  BEHOBIA / SS


Entrada a meta, pasando de crono...



                               Laura, una gran luchadora... y no solo en las carreras.


Creo que es nuestra primera foto juntos en cursa, Gina

La pareja del clic y la música, en Jordi i l'Ariadna

Está claro que en esto de colocarse el dorsal cada uno va a su bola...









¿Qué sería de una cursa sin una "Foto-cote"...?


La pareja Duscholux por excelencia...


El buen regreso a la competición de Sonia, la guerrera colomenca....




10 julio 2018

10-7

                                                                          #txabi_aporelcamino_2022
 

01 julio 2018

LA ABSURDA MUERTE DE ISADORA DUNCAN



Su estilo de danza era radical, novedoso, fresco y, precisamente por su descarada naturalidad, se convirtió en uno de los iconos del siglo XX. 
Sí, tuvo que aguantar críticas destructivas, abucheos y hasta insultos, pero marcó toda una época y, si a los mojigatos amantes de la tradición más pura, aquellos bailes cargados de sensualidad y energía les parecían más propios de un demonio que de una jovencita, no tardaron en encontrar en la vida personal de la estrella un nuevo campo de batalla para forjar sus ataques. Isadora Duncan era así en todos los aspectos de su vida, imprevisible, libre y alejada de los convencionalismos
El 14 de septiembre de 1927, Isadora, la diosa del ritmo moderno, vestía con su habitual lujo. Dando dos vueltas a su cuello, llevaba un largo echarpe de seda que se agitaba libremente al aire de la marcha del coche. No hubo grito alguno, todo sucedió en apenas un instante. La pieza de seda, ondeando alegremente, topó por casualidad con los radios metálicos de la rueda trasera del vehículo, trabándose con ellos. El efecto fue inmediato, el echarpe se tensó y estranguló violentamente el cuello de Isadora, que se fracturó sin remedio. Y así, de forma tan absurda, entró en el campo de los mitos modernos una de las transgresoras más deliciosas del siglo pasado.

No nos ha pasado nada.

Hoy, por suerte, Marta no llevaba el foulard alrededor de su cuello; estilosa que es ella, lo llevaba anudado como complemento a su bolso.
Hoy no íbamos en coche; íbamos en moto.
Pero el largo y caprichoso foulard ha como querido rememorar por un instante el pasado trágico de Isadora Duncan... y se ha enredado entre el disco y la pastilla de freno de la rueda posterior de mi moto.
Por suerte íbamos por ciudad, despaaaacio, cuando la rueda se ha trabado en marcha, justo al girar por una boca calle; aún no sé cómo, he logrado el no caernos y parar. Cómo sería lo a punto que hemos estado de irnos por los suelos, que a Marta le ha costado bajar de la moto porque, al llevar el bolso cruzado, el foulard estaba tensado desde el bolso a la rueda. Ha sido entonces cuando hemos comprendido qué es lo que había provocado la trabada de la rueda que casi nos lleva a los dos por los suelos.

Pasado el susto… ¡lo que me ha costado sacar al joío foulard de donde caprichosa y peligrosamente se había metido!