
Denominada desde siempre como "pisada
neutra" (y aceptando el que todos, absolutamente todos, somos algo
pronadores, para facilitar el giro del pie-tobillo al apoyar en el suelo la
planta del pie al correr) el hacerlo estos días descalzo por mi piso (para no putear demasiado al
vecino de abajo) ha puesto al descubierto mi supinación, si bien es cierto que leve.
Ninguna de mis zapas ha denotado nunca un desgaste remarcado en ningún lugar de la
suela, si no más bien al contrario, muy uniforme; pero ahora, al correr
descalzo, el impacto de la pisada supongo yo que se acentúa. Y no, no es porque
siempre haya estado dando las vueltas en el mismo sentido, no. En todos los circuitos que me he ingeniado por el interior de casa (3) siempre he cambiado de sentido
a cada 10 vueltas.