Este año he vuelto a repetir el estar "entrando y saliendo - entrando y saliendo" en la Zurich Marató de Barcelona; y es que ni mi rodilla ni mi fondo, ni lo mío están para maratón alguna, pero sí que me resisto a no poder vivir su mágico ambiente desde dentro, porque es algo único (eso sí, siempre con dorsal).
Como ya ocuriera el día de mi llegada a la Plaza del Obradoiro (link) al final ya de mi Camino el pasado verano, la de hoy ha vuelto a ser una jornada de quita y pon - quita y pon camisetas. Hasta cuatro han estado conmigo hoy, acompañándome en en algún momento en esta misión de runnero-reportero-supporter.