Anduve durante un buen tiempo corriendo con una rodillera especial... pero que -como todo- acabó convirtiéndose en placebo, me parecía que iba mejor con ella... hasta que un día me la quité y ví que la cosa marchaba igual (o mejor, por el hecho de no tener la presión de las arrugas de la rodillera en la parte posterior. Ahora me da la sensación de que es como si se hubiera hecho un callo entre hueso y hueso y porque, al menos para correr, no tengo tanto o nulo dolor.
Pues bien, ahora que parecía haber llegado a un punto sin retorno, pero también sin avance, con el tema de la rodilla, ésta le ha cedido tooooodo el protagonismo a mi espalda.
Lo de mi espalda sí que es todo un poema desde hace años. Aparte de genética adquirida, han sido muchos años currelando de pie, horas y horas.. En diversas radiografías, resonancias, TAC, ecografías y demás, el resultado ha sido siempre el de que ¡menos embarazada, mi espalda tiene de todo!.
Y llevo ya más de 10 días en que me duele horrores aunque no esté haciendo nada. Es un dolor, fuerte de cojones, permanente centrado estos últimos 10 ó 15 días en el costado derecho, como si fuera un fuerte esguince (que no lo es); voy tirando de Espidifen 600 para contrarrestarlo, pero si la cosa sigue así, tendré que hacerme pruebas de nuevo.
Lo jodido, o lo mejor del caso, es que para correr no me molesta nada, o casi nada; así que esta mañana, sin tener un plan preconcebido, me he subido a la cinta del gym para ir encadenando, alternativamente, series de
200 a 4:45 y de 100 a 3:30, en total 10 series alternas.
Y me ha alegrado el comprobar que podría haber hecho las de 3:30 también de 200 metros, así que la próxima sesión intentaré alternar
5 x 500 x 4:45 con 5 x 200 x 3:30
entre otras cosas porque me estoy familiarizando con el ritmo 4:45... ya no es una agonía.
Éstas han sido las 10 series de hoy, rematadas con unas ESCALERAS de regreso a casa: