Hoy ha sido día de "testing" para mi maltrecha rodilla. He pensado que era mejor saber cómo estaba "the day after", así que me he subido hasta la Penya del Moro. ¿Resultado? Andar, podemos andar bien, con dolorcillo, pero puedo ir tirando. Leve cojeo.
Pero al hacer el testing de correr, mi rodilla me ha mirado fijamente a los ojos y me ha dicho:
-¿Pero, qué haces... me estás vacilando?, ¿en serio que me estás vacilando?... ¡mira que te meto, eh!.
Y es que cuando he empezado el testing, corriendo en subida, ¡pupa, nene!... y cuando lo he hecho corriendo en bajada, ¡pupa+pupa+pupa, nene!
Así que confirmo diagnóstico de ayer: tendré que ponerme "en barbecho" una buena temporada, con regreso al traumatólogo, a las resonancias y a las sesiones de recuperación.
Por cierto, salvo para la foto de arriba, tooooodo el rato he llevado puesta la mascarilla de @corredors.cat Es genial, casi ni te enteras que la llevas.
Y es que, ayer, lo que realmente hice fue...
UN TAST DE LA TAST
"Tast” quiere decir “Cata”, o sea, no pintar un cuadro, sino tan solo dar una pincelada; no beberse una copa de vino, sino tan solo darle un sorbito...
Ayer, en una mañana de sábado que "domingueaba", en EL TAST DE LA MITJA (o sea, en la cata de LA MITJA de Granollers) ricé el rizo. Sí, porque poco más de 20 metros después de esta primera foto (km 1) me arranqué el dorsal y el xip y abandoné la cursa: la rodilla dijo basta, y ahora sí que parece que por un largo periodo de tiempo. Así que tan solo un tast de la Tast.
Pero, sabiendo ya entonces que tardaría bastante tiempo en volver a ponerme un dorsal para competir (ni que sea conmigo mismo, ya que si una cosa no sé hacer es ir a una cursa "al trote") decidí ponerle un buen broche al día, hacer algo que me dejara un buen regusto mientras no regresara. Así que me fui hasta el kilómetro 8 a esperar la llegada de mi amigo
Gabriel Miquel
. Y es que el recorrido de la Tast, del km 0 al 7, era “castigador”; además la solana que caía ayer por la mañana tampoco facilitaba la cosa; y aunque sus 3 últimos km eran en franca bajada (terreno propicio para un largo y rápido Gabrisprint), pensé que quizá le vendría bien -aunque no lo necesitaba- tener a alguien corriendo a su lado; solo eso, corriendo a su lado; sin hacer de pseudo_mánager, ni darle grititos de ánimo, ni jalearle... solo corriendo a su lado, ayudándole a que mantuviera el ritmo constante que quisiera llevar (esos 2 últimos kms los corrió a una media de 4:56) hasta meta.
Gabri, genio y figura, se pegó unos 50 metros de sprint final que me supo a gloria. Lástima que, creo, no había fotógrafo en línea de meta, porque la imagen de esas cuatro piernas -que juntas sumaban 134 años- entrando a todo trapo como quinceañeros a meta- hubiera sido de las bonitas (como la de "Can Mercadé" en mayo 2019).

“... ojo, gradúa ritmo hasta el 7, que esto pica hacia arriba más de lo que parece”.
En mis condiciones actuales, ese “gradúa” debería haber sido, para mí, el haber salido a un ritmo 5:35/5:45 como muy poco; pues bien, aquí os dejo una imagen del Garmin de lo bien que yo me “gradué” desde el momento de la salida.
Si es que...
(fotos:
David Patán,
Xavier Ballart de Rus,
Pako Beer... y
Carlos Sánchez Sánchez en 2019)