A mediodía, comida en Collbató, con vistas tan increíbles como ésta.
Y es que, por muchas más veces que voy, y voy, y voy... y veo, veo, y veo, la muntanya de Montserrat no puedo más que admirarla, quedarme impresionado por la belleza del fenómeno geológico que ocasionó la irrupción desde el subsuelo de tan peculiar y único aspecto de la roca, y el conjunto del contorno del macizo, emergiendo ahí en medio. No hay nada igual, ni parecido, a Montserrat. Es única.
Pero antes, por la mañana, en Ca l'Anglés hemos protagonizado un nuevo episodio de "Saturday light breakfast", aprovechando que Domingo ha bajado del pueblo para ir a votar mañana.
Las restricciones "covidianas" nos obligado a montar 2 mesas de 4