11 febrero 2018

GRACIAS…





































Si el domingo pasado la MITJA MARATÓ fue Granollers, acompañando al gran Domingo Catalán, este domingo ha sido en Barcelona. No, no estaba previsto -ni por asomo- hacer dos medias maratones en una semana.
Dos MITJA MARATÓ en una semana.
Y si el pasado domingo fueron 2:08:57, hoy han sido... 1:58:01  (*)

Casi ONCE minutos menos  (claro que la del domingo, con Domingo, fue con un espíritu distinto a la de hoy).

Parece que volvemos a las andadas: desde que empezó este 2018, he competido más que entrenado; porque en estos 40 días:

-            Cursa dels Nassos
-            Cursa de Reis
-            Cursa Trail 15km “Cinc Cims” con Egoísmo Positivo
-            Cursa Sant Antoni
-            Mitja Marató Granollers
-            Mitja Marató Barcelona

Y, en cambio, en el mismo periodo (por el catarrazo que arrastré durante casi todo el mes de enero):

-            3 días entrenando con el grupo AR
-            1 día entrenando con el grupo LMSD.

Habrá que volver a la rutina de, mínimo, dos entrenos por semana (aunque ya, en el pasado, las cursas eran mis entrenos).

Hoy, hasta poco más allá del kilómetro 15, he corrido al lado de María José (ayer mismo por la tarde le pude conseguir un dorsal, el de un buen amigo que -lesionado- no la iba a poder correr hoy). Se me ha despegado un poco ahí. La he esperado un rato entre el 15 y el 16 y al llegar donde yo estaba me ha dicho “yo me quedo aquí, tira tu”; y yo he malentendido que “arrojaba la toalla” y que se volvía andando, abandonaba. Pero no, porque cuando hemos vuelto a coincidir al acabar, me ha dicho que ella lo que quería decir era que “aflojaba algo el ritmo y que yo siguiera con el mío, que no la esperara”. Y ella también ha terminado su Mitja. 
Y es que, hasta el 15, los ritmos habían sido de:

5:36  5:36  5:37  5:26  5:19  5:20  5:16  5:14  5:20  5:26  5:45  5:46  5:37  5:40  y  5:36

Al esperarla ese rato, el 16 “ha caído” en 6:11; pero en los últimos 6 kilómetros he podido aguantar sin volver a ver “lo puto sis” en el Garmin: 

5:47  5:40  5:41  5:45  5:29… y  5:06

Total, que según mi Garmin (*) el ritmo medio final ha sido de 5:34  cuando la idea, al comentarlo en la salida, era de llevar un ritmo medio final de 5:40/5:45.
Muchos, muchos amigos y conocidos hoy en esta media, tanto en la carrera, como en las aceras, como en los avituallamientos. Y creo que ni ellos mismos son realmente del todo conscientes del tremendo subidón que te da cada vez que alguien conocido jalea tu nombre.
A tod@s ell@s, a tod@s vosotr@s,  G R A C I A S  !

Otra cosa, más estándar, más “mecánica”, pero también agradecidos, son los gritos de los “espectadores anónimos” porque leen tu nombre en el dorsal, aunque hoy no era el caso, porque la organización no permite -en su reglamento- ni el cambio de nombre ni de chip, aunque sea por lesión del titular. Es por esto por lo que no tengo tiempo oficial (ni falta que me hace) y tengo que remitirme al track de mi Garmin (*) al paso por el km 21,097. Y sí, ya sabemos cómo de fiables son estos aparatejos... pero es que no tengo otra referencia para mi tiempo de hoy.

















04 febrero 2018

EJERCIENDO, ORGULLOSAMENTE, DE ESCUDERO...


...de todo un gran caballero.
Todo un lujo el poder compartir toda una media maratón con una leyenda viva de nuestro deporte, dos veces recordman del mundo de 100 km
Esta mañana, MITJA MARATÓ de GRANOLLERS, con Domingo Catalán
(y Mónica y Abi).







03 febrero 2018

HISTORIA DE UNA CAMISETA...

(Publicado en el blog de 42k Running; es la reproducción de un correo que les mandé, porque creí que les haría gracia conocer el periplo que siguió su camiseta desde que salió de fábrica)

Historia de una camiseta 42k Running

Hace ya tiempo, en Julio de 2014, me publicasteis una crónica, por la que me enviasteis como obsequio una de vuestras fantásticas camisetas. Y no es un halago gratuito.
Os escribo ahora para comentaros qué fue de esa preciosa, y técnica, camiseta.
Casi un año después de tenerla conmigo, cada miércoles empezamos a juntarnos corredores aficionados en la tienda Atleta’s del gran Domingo Catalán que, como bien sabéis, fue doble campeón del Mundo de 100 km. La tienda pasaba por dificultades, así que -espontáneamente- decidimos echarle una mano. Domingo es una persona excepcional, muy por encima de lo gran atleta que fue (y que es, porque todavía sigue corriendo un mínimo de 10 km CADA día); este domingo se le homenajearé merecidamente en Granollers, siendo él quien dé la salida a los atletas de élite en la MITJA MARATÓ… que él también correrá, pero unido al grupo de los atletas populares..
A lo que iba.


Empezamos a juntarnos 4, 7, 10, 20, 35 corredores (vivan las RRSS)… y llegamos a ser, en más de una ocasión, hasta 90 corredores para salir a entrenar desde su tienda. Porque ese era el objetivo: como las cosas no iban demasiado bien en la tienda, pensamos que si corredores y más corredores se reunían ahí todos los miércoles, serían corredores que acabarían comprándole zapatillas, ropa de deporte, complementos… Y lo que empezó siendo una idea “de cuatro amiguetes” acabó convirtiéndose en el fenómeno “Los Miércoles son Domingo”, que yo acabé “logotipeando” en el escueto LMSD. Y cuando quise darle visibilidad, popularizarlo, fue precisamente esa, la vuestra, la camiseta que elegí.
Año y medio duró la experiencia impagable para todos nosotros de poder ser acogidos por Domingo y Rosa, su hija, todos los miércoles. Lamentablemente, las grandes superficies especializadas en deporte, las tiendas de las propias marcas y por supuesto Internet, acabaron abocando al bueno de Domingo Catalán al cierre definitivo de su mítica tienda “Atleta’s”.
Y, claro, el día de la multitudinaria cena de despedida, fue precisamente esa la camiseta en la que le firmaron todos… la camiseta que el gran Domingo Catalán tiene guardada en un lugar muy, muy especial en su casa de Novales, su pueblo natal, al que se retiró después de tener que echar el cierre a una tienda mítica e irrepetible, como él.
Nada más… Tan solo quería que conocierais la historia de mi/vuestra camiseta desde que salió de fábrica.
Un saludo,

Txabi Albert

21 enero 2018

UN “TRES EN UNO” HOY EN SANT ANTONI


Cada vez me gusta más esto de estar en el “bautizo” de algún nuevo corredor, o en el de alguna nueva iniciativa (tipo el trail con Egoísmo Positivo en la CINC CIMS).
Hoy corríamos la CURSA DE SANT ANTONI (en su 40ª edición). Y hoy era un día muy especial para alguien que no hace demasiado que corre y que hoy debutaba en esto de las cursas oficiales; hoy era el primer día que se ataba un chip amarillo en los cordones de las zapas. Y también es algo muy especial (al menos para mí) el poder correr al lado de alguien que disputa su primera cursa, ver su cara de sufrimiento y, a la vez, ver en sus ojos la ilusión por terminarla, por llegar a cruzar por debajo del arco de meta.
Y todo ello, en el caso de Johanna, siempre con una sonrisa en la cara. Felicidades. ¡Ha sido muy chévere!

Por lo que concierne a la cursa en sí, sobre la marcha la he diseccionado en tres etapas.

He dejado a Johanna que saliera sola, a su ritmo, sin presión alguna, disfrutando de "su bautizo". Así que yo he hecho mis primeros 5 km corriendo solo; y todo y el “embudo” inicial (he salido casi al final del último cajón), no me puedo quejar: 
5:06, 5:09, 4:55, 5:00 y 5:03  (r.m. 5:02, tiempo 25:10).
Al llegar al km 5 me he parado a esperar a Domingo Catalán que venía detrás con Esteve, Xavi, Mónica… Me he unido a ellos (Esteve no ha parado de “largar” ni un solo metro) y a poco de llegar al km 7 los he dejado ir.
He esperado en el km 7 a que llegara Johanna. Suponía que se le estaría haciendo duro el tema, así que qué mejor que echarle un cable en ese durillo tramo final. En cuanto la he visto girar por Marqués de Campo Sagrado, y poco antes de entrar por segunda vez en la parte baja del PP  (Puto Paral·lel), hemos arrancado a correr juntos, a su ritmo, evitando que se parara, que andara, pero sin agotarla. La entrada a meta ha sido explosiva para ella, “un chute de adrenalina” en sus propias palabras. El éxtasis de un debutante.


Yo ya hace un tiempo que dejé de anotar las carreras que hago, y los tiempos, en un Excel que tengo desde 2011. Ya me da igual. Valoro otras muchas cosas antes que marcas y tiempos en esto del correr (aparte, claro está, de que las condiciones ya no son las mismas que en 2011). 
Y la expresión del rostro de Johanna al cruzar meta hoy es una de ellas.
Y el ambiente previo, durante y posterior a cada carrera. 

¡Qué bueno volver a ver a Hasna "en su terreno"...! (antes)

(... y después)




...entrando a meta, con la sonrisa contenida del debutante y el paso coordinado.

El nuevo circuito


17 enero 2018

CINC CIMS - FOTOS


















































EN TAN SOLO 2 o 3 SEGUNDOS…


A ver cómo os cuento esto, sin inquietar a nadie, sin preocupar a nadie. Pero a ver también cómo cuento, en pocas palabras, todo lo mucho que puede pasar por tu mente, por tu cuerpo, en tan solo 2 ó 3 inquietantes segundos.

¿Os habéis preguntado alguna vez cómo deben ser esos 2 ó 3 segundos cuando estás a punto de morir de un modo fulminante, cuando te estás muriendo de repente, cuando tu mente y tu cuerpo “saben” que te estás yendo, que te vas?. Yo he pensado en ello más de una vez. No de un modo morboso, sino intentando adivinar, intuir, imaginar qué es lo que se puede llegar a sentir en ese tu último suspiro consciente.

Creo que ya lo sé.

Ayer lunes iba por una calle poligonera de Castefa. Llevo días con un resfriado enorme encima, así que ando todo el día arriba y abajo con el pañuelo y los kleenex. Salía de ver a un cliente y me soné los mocos andando por la calle.

Al alzar la cabeza, todo se vino abajo.

Recuerdo perfectamente que de pie, pero con la mano apoyada en el tronco de un árbol a modo de “salvavidas al que agarrarme en mitad de una tempestad”, en silencio -pero sin articular palabra- le grité a la nada, como para mí mismo, con desesperación, con desasosiego:

-No, no... ahora no; así no; aquí no…

Porque en ese brevísimo intervalo de tiempo “me ví” a mí mismo fuera de mi propio cuerpo, como un espectador de lo que a mí mismo me estaba pasando; y en esos tan solo 2-3 segundos, toooooda mi vida pasó lentamente por delante de mí. Y, sí, todo ello bajo una resplandeciente, brillante e intensa luz cegadora.

La sensación, la situación, fue de lo más inquietante y a la vez aterradora. Yo estaba ahí, pero “ya no estaba”. Me iba a morir ahí, solo, tirado en medio de la calle, sabía perfectamente que me iba a morir de inmediato y, joder, yo lo estaba viendo, era plenamente consciente de ello. Una inquietante y aterradora sensación de vacío total, de impotencia, de incomprensión...

2 ó 3 segundos; todo esto en tan solo 2 ó 3 segundos.

Me acojoné… y mucho. No creo en cosas como el alma o el espíritu, en serio; pero fue lo más parecido a aquella escena de Patrick Swayze en “Ghost”, cuando le disparan y él mismo se ve a sí mismo muerto en el suelo, con cara de no entender nada. Fue algo escalofriante.

Luego, pones en marcha el raciocinio; te rehaces, analizas fríamente la situación y llegas a la conclusión más que razonable de que, al sonarme andando y con la cabeza gacha, se produjo una sobre presión que me llevó -al alzar la cabeza- a un súbito mareo, o a una ligera bajada de tensión, o incluso a un ligero ataque de vértigo. Sí, no lo niego. Pero el caso es que entre una cosa -el sonarme- y otra cosa -alzar la cabeza- pasaron esos enigmáticos, inquietantes y aterradores 2-3 segundos.


Jodeeeer, qué yuyu!