No lo prometí, pero me lo tomé como una promesa: repetir mi particular "kilómetro vertical", pero lo he hecho de un modo mejor de lo que había planteado. Y es que, sobre la marcha, y nunca mejor dicho, he decidido saltarme el ritmo 4:30 y pasar de los primeros 500 metros a ritmo 4:00, en cadencias de 50 metros, a los siguientes 500 metros a ritmo 5:00, que ya empiezan a ser palabras mayores.