8 de junio de 2023

YA LE HE DADO UNA VUELTA AL SOL...

 ... y aquí nunca mejor dicho lo de al sol.

Hoy, a las 07:13 de la mañana de hace justamente un año, ponía un pie delante del otro por primera vez en un Camino de Santiago, el francés, en Saint Jean Pied de Port. Era en este enclave preciso (foto),

y también en ese enclave/cruce de caminos, tuve que tomar la primera de las grandes decisiones durante este mi primer Camino, que no era otra que,  o bien irme hasta Roncesvalles "por el lado menos difícil", o irme por la "Ruta Napoleón". Conociéndome, ya sabéis perfectamente la respuesta. 

El sol, gran protagonista en ese mi primer Camino; aunque en la primera etapa me dio una tregua. A lo dantesco que ya de por sí fue esta primera etapa, solo hubiera faltado que el sol acudiera a la cita. 

Un año. Ha pasado ya un año... y antes de que se cumpliera ese año, mis pies han recorrido un nuevo Camino -esta vez, el portugués por la costa- no sin otra dantesca etapa que recordar, la de los jabalíes en la niebla (aunque ésta, fue más por cabezota que por culpa del propio Camino). 

Así que unos 797 km por el lado y francés, y unos 350 km por el portugués -para un total de unos 1.500 km caminados- ... yo, que no andaba nunca antes de ese 8 de junio de 2022 (añadídle a ellos los 78 de la Trailwalker, caminados tan solo 5 días después de regresar del Camino portugués). 

Algunas curiosidades...

* En el francés y en el de la parte portuguesa del "portugués por la costa", literalmente me abrasé (an ambos, solo nos llovió un día).

*En el portugués, ya en su lado gallego, se cumplió con la meteorología típica de la zona (agua por un tubo).

* Lo que no consiguieron ni el Camino francés ni el portugués (hacer mella en mis pies, que regresaron de ambos inmaculados, sin una sola rozadura, ampolla, ni llaga) lo ha conseguido, en tan solo 78 km, la Trailwalker; y es que el vivo ritmo que llevé con mis tres jabatas compañeras de equipo en la Trailwalker distó mucho del ritmo (buen ritmo) que llevé en los dos Caminos. Y aquello que los Caminos convirtieron en duricia, puro callo, en la parte delantera de las plantas de cada pie, la Trailwalker lo ha convertido en menos de 15 horas en dos descomun ales ampollas y dos unas negras, que ya están a punto de caer.

* En ambos Caminos, fueron muchas, muchas -la mayoría- las etapas en las que caminé solo. Aún así, en ambos Caminos he tenido excelentes compañeros ocasionales de viaje (Birgit, David, Keya, Nick y Nieves en el francés y Carlos y Maya en el portugués). Pero la verdad es que, cuando más he disfrutado del Camino es cuando lo he recorrido en soledad. Kilómetros y kilómetros caminando sin ver a nadie delante, ni a nadie detrás, sin hablar con nadie que no fuera conmigo mismo... ya fuera caminando a oscuras de madrugada, o abrasado por el sol de la meseta castellana. Y te dirás:

* - "...en cuántas cosas no habrás pensado"

y la respuesta es que en pocas, pero sí variadas. Era como dar pinceladas a muchos temas, desordenadamente, sin mucho criterio. Pero cuantitativamente, han sido kilómetros y kilómetros a veces sin pensar absolutamente en nada, tan solo fijando la vista al frente y ver avanzar un pie tras otro delante de ti. 

* ¿Habrá un tercer Camino?. Contra lo que siempre había pensado y dicho, ahora estoy seguro de que sí. ¿Cuál?... casi es que me da lo mismo. La grandeza del Camino es el Camino en sí mismo, no por donde él transite. Me atrea un primaveral Camino Primitivo ( 313 km, por Oviedo -Lugo - Santiago), aunque no le hago ascos a un otoñal largo y duro Camino de la Plata (Sevilla - Cáceres - Salamanca - Zamora - Ourense - Santiago). Va a ser duro convencer a la tropa de que no se enfaden demasiado si voy. Lo que no me acaba de convencer de éste es el repetir el tramo Astorga - Santiago; no me atrae demasiado la idea, la verdad


* "El portugués por la costa", una delicia ver el semi embravecido océano (se aproximaba borrasca en breve) y otra aun mejor: las pasarelas sobre la arena... pero te aseguro que acabas hasta los mismísmos de las pasarelas, algunas con un trazado propio de Kafka/Dalí. Por suerte, a las pasarelas les siguien los pequeños o medianos adoquines... pero acabas peor con ellos, tanto, que empiezas a añorar a las pasarelas, con esto te lo digo todo. 

* El sol portugués, sobre todo en la segunda etapa, dejó una señal rojo-carmesí en mis brazos y piernas que no lo supera ni un guiri borracho como una cuba de los del balconing en Magaluf.

* En Galicia, todos los aparatos eléctricos, incluso los de uso habitual, están desenchufados de la corriente, todos sabéis -aunque no aplicais-que todo aparato eléctrico enchufado a la red, consume electricidad aún estando apagado, sin estar puesto en on ni estar en marcha; sí es poca cosa lo del consumo de un aparato; pero... ¿y el consumo de 100 aparatos, o de 10.000, o 100.000... o de un millón de aparatos caseros domésticos?   Una pasta, ya te digo.

* Los portugueses no varían un solo milímetro su trazada cuando vas caminando -y no por gusto- por la calzada. Creo que no salvo a ninguno de los que me crucé.

* Los gallegos, en coche y moto, corren, y corren mucho. Y cuando digo mucho, es mucho, teniendo en cuenta -además- el estado del parque de carreteras que tienen.

* La suela recauchutada de mis New Balance ha aguantado mucho peor los 315 km portugueses que los 797 franceses. Para la Trailwalker estrené otras New Balance que todavía no han dado señal de desgaste alguna.

Para celebrar este primer año "de Camino + Trailwalker" me he hecho yo mismo un regalo... que no me va a llegar a tiempo para hoy. Es toda una delicatessen que ya estoy ansioso por enseñaros; se va a demorar todavía una semana. 

Y es que me lo merezco, claro que sí.... ¡porque yo lo valgo!. 😂😂😂😂...