08 junio 2017

PRIMERA ETAPA: EL PRINCIPIO DEL FIN

8 junio; PRIMERA ETAPA. 26k

SAINT JEAN  PIED DE PORT - RONCESVALLES

Dificultad 5 / 5  Paisaje  5 / 5

Flash de la etapaDura y espectacular. Pasamos de 172 m a 1.430 en el collado de Lepoeder, para quedarnos finalmente en los 945 m de Roncesvalles (1.258 desnivel positivo; 485 negativo). 


 

¿Pero, por dónde empezar? 

Pues, lo tengo claro: por la posibilidad totalmente real de que la secuencia de etapas no fuera 1-2-3-4… sino simple y llanamente solo  1.  Y punto; ni una más. 

 

Desde siempre, la idea de iniciar el Camino era siempre desde Roncesvalles. Pero desde que empecé a comentar que me iba a hacer el Camino, más de uno y más de tres me insistían:

- Txabi, empieza tu Camino desde Saint Jean Pied de Port, que es el inicio real del Camino francés y, además, es la etapa más bonita de todo el Camino.

Y pensé que, por qué no, ya no me venía de 26 km más o menos.

Así que el martes 7 de junio, a las 09:30 me subí al tren que iba a llevarme hasta Pamplona, para desde allí coger un bus a Roncesvalles. Coincidí en el asiento al lado en el bus con Gracia, una corredora veterana de Villena, caminante multi reincidente.

Una vez en Roncesvalles, el quid de la cuestión era cómo llegar hasta el Saint Jean de marras. La solución la encontré al cruzarme con Rosa y Carol, que andaban en lo mismo, y negociar con ellas compartir un taxi hasta nuestro primer destino, hasta la línea de salida.

Alojamiento súper correcto. Primer sello en el carnet peregrinero.

Cené en compañía de Birgit, vienesa, al compartir con ella mesa en un atiborrado y casi único lugar donde cenar. Birgit aparece y desparece en mi camino hasta el final. Compartimos cháchara con una pareja de australianos, que estaban de tour por Europa.

Amanece el miércoles 8, y en el pueblito de marras todo cerrado, nada donde desayunar, así que en ayunas (y después de ser timado por una máquina de vending que vendió una botella de agua por 1,80€… y de la que la Caixa me cargo 5€) empiezo a dar mis primeros pasos por Mi Camino . Y hacia la encrucijada que me fui., con algunos peregrinos más que iniciaban también ahí su Camino. Había que decidir entre la menos difícil y la más difícil; total, subir, ya se sabía que había que subir (había que cruzar los Pirineos), pero la etapa no me la esperaba así. Tan así al menos. Porque, además, en la encrucijada, de las dos posibilidades de recorrido, he elegido, claro, el más joío: , el de la Ruta Napoleón. 

Y sube que te subes, he compartido recorrido con Ammy a partir del km 5 (es norteamericana de Virginia; sus padres vendrán a vivir a Sant Cugat pasado el verano). Curiosamente, yo iba tirando de ella hasta el Refugio de Orrisson en el km 7,5 . Estando allí desayunando, se nos ha unido Birgit… y desde allí ya hemos sido un trio inseparable hasta llegar al Albergue de Roncesvalles. Y menos mal para mí.

Seguíamos subiendo, sube que te sube, con viento, sol, lluvia fina, más viento y granizo fino… y la primera señal de alarma me ha dado en el km 18,7, casi un kilómetro antes de empezar la bajada. Las piernas me flaqueaban, no me sostenían, y he tenido que echarme al suelo en el margen del camino. Por suerte, Ammy se ha dado cuenta de ello y ha venido a por mí; la he tranquilizado, quitándole hierro al asunto y le he dicho que tirara, que ya iba yo tras ella. Aquello era el inicio para mí de un largo calvario de 8 km cuesta abajo, con las piernas cada vez más frágiles y quebradizas, echando cuerpo a tierra en varias ocasiones. Tanto Ammy como Birgit (mis "Ángeles de la Guarda") han estado en todo momento conmigo, (nunca se lo agradeceré bastante) y ha sido gracias a ellas que, en un estado realmente deplorable, he podido llegar al Albergue de Roncesvalles, donde con una amabilidad exquisita, todo el personal de recepción ha cuidado de mi (sesión espontánea de Reiki incluida por parte de una de las veteranas voluntarias). Mientras uno de los voluntarios cargaba con mi mochila y me acompañaba a mi litera, me he cruzado con Carol y Nuria, y ha sido cuando, por primera vez ha salido de mi boca:

- Me voy a casa, lo dejo, no he sufrido jamás tanto en toda mi vida. Me voy….

Me he instalado como he podido en mi litera, que por suerte era la de abajo (en la de arriba estaba Pol, un chico de Vallirana y en las otras dos una pareja de noruegos).

He escenificado gráficamente el fin de aquella fallida aventura arrancando de la mochila las dos leyendas de #txabi_aporelcamino_2022  (una de ellas se la he regalado al vikingo). Además, le he dado a catar un “espetec” y regalado mi juego de cubiertos ya que como ya me volvía a casa, para qué los quería. Finalmente he acabado por regalarle los 2 “espetec” que llevaba encima.

Aquello había terminado justo en el mismo momento de empezar; tras una etapa durísima, sí, pero a la vez realmente espectacular, bonita, preciosa como me habían dicho.

Así lo he comunicado en casa pasadas las cinco de la tarde:

- He acabado ahora la etapa; no he sufrido tanto en mi vida. Mañana me vuelvo a casa.

Conmoción, ánimos y solidaridad por mi decisión. Mi camino terminaba nada más empezar tras esos primeros 26 durísimos kilómetros (para mí), desde Saint Jean Pied de Port a Roncesvalles.

Pero…       

VÍDEOS:        CAMINO SANTIAGO\FOTOS Y VIDEOS DE CADA ETAPA\1+8-6

CAMINO SANTIAGO\0IMÁGENES FINALES\1 SAINT JEAN DU PIED DE PORT-RONCESVALLES  8-JUN-2022.mp4