13 abril 2022

CAMINO PRIMITIVO A SANTIAGO - TERCERA ETAPA

TERCERA ETAPA
8 SEPTIEMBRE 2023
CORNELLANA - BODENAYA
18,73K     Acumulados 51,96K 
4:35H     Acumuladas  13:13H
Ritmo 15:59  

            DE ENSUEÑO…

Hoy no hemos agravado, sino que hemos "mantenido" un poco, el saldo negativo de kilómetros. La etapa "oficial-oficiosa" era Salas - Tineo (19,8k).
Hay un concepto que yo no conocía y que es  el de “Albergue colaborativo” y hoy en Bodenaya he tenido la mejor de las demostraciones.
Antes he tenido una jornada que se ha iniciado tarde (he dormido hasta las 7:30) desayunando en el Casino con Ángel y Liis. Ellos han arrancado a caminar, pero a mi me quedaba todavía por armar la mochila. Las italianas habían emprendido el vuelo ya...
Empiezo a caminar y a los 200 metros ya me equivoco de camino, de lo que me ha advertido divertida desde su balcón una señora. Total 1 km añadido al recorrido de hoy, que ha sido toboganero pero suave, entre senderos sombreados y mayormente caminado en solitario, salvo unos tres kilómetros que he compartido por estrechos senderos con un par de muchachotes vascos. 
De nuevo tocaba "comerse" lo no comido ayer (Casazorrina y Salas). Me lo he tomado con calma, pero a buen ritmo. Y es que este Camino es otra historia. Y constato y me reafirmo en el hecho de que me encanta caminar en solitario, “enmimismado”.
A eso de las doce del mediodía he llegado a Salas y me he estado más de hora y media de cháchara con Silvia, la camarera de la cafetería donde he parado. Y por la hora que era cuando he salido de ahí, ya me he ido directamente a comer a Casa Pachón, como me había recomendado Ángel. 
Y con todo lo mucho y bueno que me he metido entre pecho y espalda ahí, he ido desgranando los poco más de 7k que me quedaban hasta llegar a Bodenaya, por entre bosques de robles y castaños, con una subida continua y con tramos de carretera. He ido a ritmo suave, sin prisas, pero constante, en este recorrido no precisamente “llano”.
Del Albergue de Bodenaya (con Allyson y Alberto al frente desde hacía poco más de una semana) cuanto diga será poco. Amabilidad, calidez, acogida de ensueño, dos personas adorables, encantadoras, con la impronta del servicio al peregrino impregnada en su ADN.
Nos han lavado la ropa, nos han dado una opípara y deliciosa cena, nos han contado SU historia, entrañable; vamos, que nos han hecho sentir casi mejor que en casa. Y aún sin ganas nos hemos ido a la vez todos a la cama, habiendo consensuado entre todos la hora de levantarnos por la mañana, para que nadie le amargara el sueño a los otros. Y nos hemos ido a nuestras respectivas camas (no literas) creyendo que Allyson y Alberto ya nos habían dado todo y más de lo que generosamente podían ofrecernos.
¡Qué equivocados estábamos!