Nuevamente en solitario, bajo una lluvia intensa en ocasiones, y a un ritmo inusualmente rápido a estas alturas del partido, que he atribuido al hecho de que el destino final era Santiago y que esto, como el Red Bull, te da alas, porque el perfil de la etapa no ha sido ni de lejos “planero”.
No sé. Con decir que ni tan siquiera fui a recoger la Compostela creo que transmito esa extraña sensación que envolvió mi segunda entrada en la Plaza del Obradoiro.
Lo que sí he vuelto a hacer ha sido entrar en la plaza corriendo y llevando puesto el polo Tribanda.
Pero, insisto, no sé; ha sido algo muy frío, desangelado, que me ha dejado “mal cuerpo”. Los casi 800 km de mi primer Camino han eclipsado en demasía a estos pobres 266 (a pesar de lo sufridos que también han sido -en ocasiones- por el fuerte calor portugués y por la mucha lluvia gallega).
Acabo de reservar plaza para una excursión en bus de ida y vuelta Santiago-Muxia-Finisterre-Santiago para mañana a las nueve (estaremos de vuelta a las seis). Y ya decidiré entonces qué hago mañana.
25,2 k - 266,6 k acumulados