13 abril 2022

CAMINO PRIMITIVO A SANTIAGO - PRIMERA ETAPA


PRIMERA ETAPA
6 SEPTIEMBRE 2023
OVIEDO - PALADÍN 
15,29K     Acumulados 15,29K 
3:49H.     Acumuladas  3:49H
Ritmo. 15:14

            ¡QUE ALGUIEN ME SAQUE DE AQUÍ…!
Tenía bien asumido el arrancar a caminar por este Camino Primitivo a finales de octubre y primeros de noviembre, ya que la agenda estaba repleta de “cositas” que me impedían hacerlo antes, y porque en diciembre "habemus nieta nueva" y no me lo quiero perder. Pero el viernes, camino de Sant Juliá de Vilatorta, entró una llamada del móvil que atendí con el manos libres al ir yo conduciendo. Y lo que salió por los altavoces fue:
- "Hola Txabi, que ya están estampadas las gorras de tu nuevo Camino Primitivo",
Al escuchar aquello, la cara de Marta expresaba claramente: 
- “Ah, bandido, con que ya lo tenías todo a punto…”. 
Intenté convencerla de que no, de que no era para esas fechas. Y contra todo pronóstico se puso a enumerar temas de agenda, evaluar cuáles se podían mover o anular sin problema, y acabó sentenciando:
- “Pues te vas el próximo miércoles”.
Me dejó totalmente “descolocao”. 
Y así es que aquí me tenéis inmerso de nuevo en otro Camino a Santiago.
Y lo he empezado con un buen madrugón, porque a las cinco de la mañana el taxi me recogía en casa para llevarme al aeropuerto, Y una vez allí han vuelto a hacer una de las suyas porque, convocados en la T1, no ha habido finger y el autobús- jardinera nos ha llevado hasta la parte más lejana de las pistas de la T2. Vuelo sin problemas.
El aeropuerto de Asturias está situado políticamente correcto en tierra de nadie, equidistante de Oviedo y de Gijón.  Taxi hasta Oviedo. Para entonces, entre éste (60€) y el de Barcelona (35€) ya había invertido mucho más en taxis que en el billete de avión.

Inocente de mí, me sitúo enfrente de la Catedral del Salvador para dar “inicio oficial” a mi Camino Primitivo. Pero después de casi 45 minutos de estar dando vueltas como un tonto intentando inútilmente seguir la senda de las conchas, me he decidido por el “comodín del taxi” para que me sacara de la ciudad y me dejara en la senda del Camino. Pasaban ya de las once de la mañana cuando, bajo un sol de justicia, he empezado a caminar, mayormente por terreno de cemento. Camino solo. A poco de empezar a caminar cruzo la aldea de San Lázaro de Paniceres. Me he parado a comer relativamente temprano en un bar de carretera en La  Bolguiña. Ahí he coincidido por primera vez con Ángel y Liis, con los que he ido haciendo la goma, con parada en la capilla del Carmen de Llampaxuga, y así el resto de la tarde. Durante todo el trayecto he estado alternando tierra y asfalto, con continuos desniveles, aunque de no mucha intensidad. He pasado por Loriana, cruzado sobre el Nora por el puente medieval de Gallegos y, por entre bosque de castaños y robles, afrontado la primera de las duras rampas que me regalará este Camino, que iba a llevarme hasta Escampeiro.; he seguido hasta Premoño, pero como en uno de nuestros cruces Ángel me ha comentado que iban a parar en Paladín, en un albergue muy chulo (Villa Palatina), con un Pablo como maestro de ceremonias, ya no he seguido hasta Peñaflor ni Grado y he puesto fin aquí a mi etapa por hoy.
Ellos habían ido tirando pero yo he seguido a mi ritmo. Al llegar, duchita rápida y a esperar la hora de la cena. Ha sido entonces cuando, tomándome una clarita le he preguntado a Sabrina, la florentina, si podía sentarme con ella mientras no cenábamos; está en mi misma habitación en el albergue y que es, como decía antes, una réplica casi exacta de mi sobrina Emma. 
                                                          Si los Caminos Francés y Portugués fueron caminos de Coca-Cola tras Coca-Cola, éste me da que será el de las claritas (con limón, matizo por estos lugares).
Al poco han aparecido Ángel y Liis y les he dicho que nos acompañaran. Y al anunciar la cena, les he propuesto a todos el hacerlo juntos. Es más, he visto que iba a cenar sola una chica (María, rusa, pero viviendo en Praga) y la he animado a cenar con nosotros.
Una velada agradable, con Pablo haciendo más agradable si cabe la estancia. En un gesto del todo inesperado y sorprendente, Sabrina ha pagado la cena de todos (y no eran bocatas...), lo que de alguna manera ha marcado la pauta de lo que iríamos haciendo todos y cada uno de nosotros en los desayunos, comidas y cenas grupales.
Nos hemos recogido temprano, decidiendo no madrugar mañana y esperar a las 9 a que nos sirvieran el desayuno.
Mi previsión para esta primera etapa era acabarla en Grado (etapa de 25,2k), pero no importa, ha sido una buena primera improvisada jornada de 15,3k.