Que yo recuerde, antes de dejarnos vio "Pretty woman" (clicar para ver) TODAS y cada una de las innumerables veces en que la emitieron por televisión en sus últimos cuatro o cinco años, fuera a la hora que fuera, o por el canal que fuera. Si se enteraba de "que iban a echar" Pretty woman, le decía a la buena de Mary:
-'Hoy iremos a dormir tarde, porque echan la de pritiguoman"
Y allá que trasnochaban los dos, una y otra vez... Y esto solo ocurría con "Pretty woman".
Y yo me pregunté ayer:
¿QUÉ PASÓ, REALMENTE, ENTRE MI PADRE Y LA PELIRROJA DE JULIA ROBERTS...?
Mi padre era un tipo adorable, aunque realmente tímido, algo apocado y vergonzoso; no le gustaba destacar, prefería estar en un discreto segundo plano; no era, ni mucho menos el rey de la fiesta. Por esto me/nos sorprendió, y mucho (es más, me descolocó por completo) el que nada más y nada menos eligiera el día de la boda de mi hermano para ponerse -por primera vez y sin comentarlo previamente con nadie- un peluquín. Fue algo espectacular.
("...me daba tanta vergüenza que pensé: me lo pongo hoy, y así mato un montón de pájaros de un tiro", nos dijo durante la fiesta; luego llevó peluquín durante muchos años después).
Pero ¿y esa atracción tardía por Julia Roberts?.
Pensando en ello ayer, mi mente me llevó a recordar algo que conocí años atrás, muchos años atrás, durante la sobremesa después de una comida de familia: me enteré de algo que también me dejó muy descolocado. Y es que lo del peluquín no fue la única "osadía" que superó la timidez de mi padre. No. Hubo un antecedente.
En su juventud, otra espléndida pelirroja, arrasaba en las salas de cine. Y esa pelirroja no era otra que la sensual actriz Rita Hayworth, en su inolvidable interpretación de GILDA (clicar para ver). Le encantaba esta atractiva y sensual actriz.
Pues bien, todavía no se había casado con mi madre -pero a punto estarían ya de hacerlo- cuando, en una fiesta de disfraces del barrio, apareció vestido de Gilda, con el ajustado vestido de la escena del guante. Por lo visto, fue la bomba.
Así que quiero creer que, con 85 años o más, no es que se le cruzaran los cables: es que "se le cruzaron las pelirrojas". En su cabeza seguiría anidando el recuerdo de la buena de Rita, con su pedazo melena suelta, y la pelirroja que ahora veía -y que supongo confundía, o evocaba ahora- era "a su otra Rita", a Julia Roberts, también con su pelirroja melena suelta.
Pero, no sé, no me hagáis mucho caso...
(solo tu, papi, sabes el porqué de tu adicción tardía a ver una vez y otra, y otra... "Pretty woman").
