Llegaba
Semana Santa y yo ya me lo veía venir: un nuevo “combate”
entre mi suegra y yo, como mínimo a dos asaltos.
El
primero, el viernes: un pedazo
lubina al horno de 1,800 kg. que logré, equilibrar, ligeramente, la balanza saliendo a caminar el sábado bien temprano desde casa (al ladito
de Cap Ducal) por el camí de ronda hasta Platja Sant Pol (S’Agaró), para
continuar por el camí de ronda hasta Cala Sa Conca y volver (8km)
El sábado, “tregua” entre nosotros dos; pero no
tregua culinaria, ya que nos metimos entre pecho y espalda el ya tradicional paellón
en “María
Rosa” de S’Agaró,
que fue intentado contrarrestar el domingo con una nueva caminata por
el camí de ronda, pero esta vez hacia el otro lado: desde casa hasta el puerto de Sant Feliu de Guíxols
y, desde allí, subida a la Ermita de Sant Elm y vuelta (8km).
Seguía la llevantada.
Pero todavía quedaba el segundo asalto: y, para llevárselo, mi suegra me asestó un exquisito y demoledor crochet de derecha, directo al estómago,
con sus ya tradicionales “faves i pèsols” de por estas fechas. Una auténtica pasada.
Lunes de Pascua, ya en Esplugues, sano y salvo... pero con el peso al alza, pese a todos mis esfuerzos. Mi suegra, mi adorable suegra, me ha vuelto a ganar todo y mis intentos por contrarrestarla.
¡Pero me encanta perder de esta manera!.
Largo fin de semana éste. Como laaaaarga (pero emocionante e ilusionante) se nos está haciendo la llegada de MARIO, quien (camuflado) también ha estado entre nosotros estos días...
(¿ a que está requeteguapa Andrea ?)
Largo fin de semana éste. Como laaaaarga (pero emocionante e ilusionante) se nos está haciendo la llegada de MARIO, quien (camuflado) también ha estado entre nosotros estos días...
(¿ a que está requeteguapa Andrea ?)