Bruce Springsteen, por ejemplo, y que estando en uno de sus conciertos de repente la música se detiene y Bruce -con su increíble dominio del escenario- busca a alguien entre el público. Crees que estás soñando, pero no: el Boss te está señalando a ti, pero tus pies están como anclados en el suelo…
-Sí, sí, tu...sí, sube aquí al escenario conmigo...
Este no es del todo mi caso... pero el que algo parecido a este momento mágico te quede marcado de por vida no tiene precio; porque sí puedo decir con todo el orgullo del mundo que he podido correr a su lado en varias ocasiones y que le acompañé en la que fue su última carrera, en la que colgó las zapas a nivel competitivo (La Mitja de Granollers 2018, donde se le rindió un merecidísimo homenaje antes de darse la salida). Y no solo eso: lo hizo llevando puesta mi camiseta estelada. Un crack. Yo siempre he dicho, porque es así, que fui un corredor "tardío" y "por pura casualidad". Mis pocos referentes en el mundo del atletismo eran (por motivos generacionales obviamente) Mariano Haro, Carmen Valero, Javier Moracho, Julia Vaquero... Nunca me interesó demasiado el atletismo aunque, como casi todo el mundo, seguía devotamente los JJOO. cada 4 años. Por lo tanto, no tenía ni la más remota idea de quién era él, ni de la enorme valía de este hombre realmente excepcional que, para hacer todavía más difícil el que yo le conociera, competía en una distancia que no es olímpica y de la que yo desconocía que existiera: los 100k, de la que él fue nada más y nada menos que doble campeón del mundo. Máñico él, pero reconvertido en acérrimo catalanista independentista desde su bastión particular en Novales (Huesca), a modo de moderno e irreductible Astérix.
Hablo, de quién sino...
del gran (en todas sus facetas) DOMINGO CATALÁN
Tu sabías que ibas allí el miércoles y que cuando ya había mogollón de gente salías a la calle, te hacías la foto de rigor.... y al rato alguien decía:
-¿Qué, nos vamos?...
Y después de consensuar mancomunadamente hacia donde ir, salíamos en tropel a correr (vueltas y técnica de carrera en el Parc del Escorxador, algún Castillo de Montjuic, Can Batlló... pero sobre todo, hicimos "nuestra" la Plaza Europa de Montjuic (que nos ofrecía la oportunidad, a la vuelta, de bajadas a tumba abierta, todo trapo.
Y pasabas una velada genial.
Y no teníamos camiseta, no había uniformidad alguna. (esta fue la camiseta que acuñó el término LMSD y que le regalé a Domingo el día de la cena de despedida, firmada por gran parte de los corredores que, en alguna ocasión, estuvieron trotando los miércoles)
Al final, economía de mercado manda, Domingo tuvo que cerrar la tienda.
Y aunque hubo intentos de proseguir con ello, un LMSD sin Domingo se demostró inútil, absurdo, falto de contenido... falto del "pal de paller" que sostuvo todo aquello y que le daba sentido
En este LINK encontraréis 75 fotografías de 75 miércoles frente a la tienda antes de salir a correr. Hubo algún miércoles más -calculo que serían unos 8 más- de los que yo asistí a casi todos ellos, a esos 75.
LMSD...todo un fenómeno sociológico verdaderamente difícil de explicar (y por supuesto, de repetir, de clonar), como todo un fenómeno sociológico es la figura del gran Domingo Catalán, con el que algunos mantenemos viva la costumbre ancestral de salir a entrenar un rato (+/- 10 k) los sábados por la mañana (a las 8), para sentarnos luego a desayunar de cuchillo y tenedor. En la época en la que estaba abierta la tienda, se cambiaban en la tienda, íban a corer, volvían a la tienda, se medio-aseaban y se iban a desayunar para, a las 9 en punto, Domingo abrir la tienda. Ahora, con Domingo jubilado y en Novales, el lugar de cita es Ca L'Anglés; salimos a correr, nos medio-aseamos en la fuente de la plaza que hay en calle Gayarre y nos pegamos luego los ligeros Saturday Light Breakfast, que ahora se alargan más al no tener que salir zumbando Domingo para abrir la tienda. A esta segunda etapa sabatil podríamos llamarla "Los sábados domingueros". 
