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Y acertó.
Hoy 3 de noviembre de 2024 se cumplen ya 10 años de mi visita, rutinaria, al neurólogo para comentarle el tema del dormir, bueno, del no dormir, del no dormir casi nada día sí, día también... visita de la cual salí con diagnóstico inequívoco. PARKINSON.
Pero también me indicó que estaba en mis manos el poder conseguir aminorar la velocidad de evolución de la enfermedad; no el erradicarla, pero sí combatirla, ponerle obstáculos, hacerle más lenta su evolución, haciéndole sentir que enfrente iba a tener "un rival duro de roer" que no cejaría en su empeo de intentar evitar su avance inexorable.
Y yo pensé que, quien dice en mis manos, dice en mis pies. Y me hice el firme propósito de llevar conmigo esa mochila con el ánimo de que no fuera una carga, sino un estímulo.
¿Qué el ejercicio físico, el mantenerte activo evitando el sedentarismo y el hacer deporte tienen el mismo efecto en el Parkinson que el ajo y la estaca de madera en el corazón en los vampiros?. Pues decidí que yo sería el terror de mi vampiro particular.
Así que desde ese día 3,
-he seguido corriendo (hasta hace más bien poco, en que he tenido que dejarlo por culpa del desgaste de mi rodilla; había empezado a correr a los 50). Ahora camino.
-me apunté al gym para hacer series rápidas en cinta, bici estática, tablas de ejercicios para reforzar y, sobre todo, estirar mi maltrecha musculatura, clases de Pilates, Body Pump...
-me planté en Saint Jean Pied du Port para recorrerme en 33 días los casi 800 km del Camino Francés a Santiago (luego vendrían el Portugués y el Primitivo; los tres en menos de 15 meses; y ahora estoy desgranando el Del Norte);
-he casi completado la Trailwalker 2023 (la espalda me jugó una mala pasada en el km. 78.
-casi vivo instalado en la Serra de Collserola, recorriendo sus mil y un senderitos...
- ...y es por todo ello por lo que muchos de mis vecinos no me conocen "vestido de calle".
10 años ya... y seguimos manteniéndole el pulso.
10 años ya... pero me voy acercando a la séptima decena (vamos, que me caen encima los 70 en menos y na). Y es por esto por lo que solo pido (parodiando a Murakami)
que mi Parkinson y yo logremos envejecer juntos, amigablemente, sin hacernos daño.
Pero que, si quiere guerra, la tendrá.
¿Y cómo he "celebrado" esta primera decena parkinsoniana? pues de la mejor manera posible: ésta, corriendo en las mañanas de los días de las bodas hindú de mi ahijada y sobrina Inés:
