Etapa en franco descenso. He llegado temprano a Melide y he aprovechado para cumplir con una tradición no escrita: “pulpear”, pero no en Ezequiel, porque los lugareños a los que he preguntado me han dicho que ellos ahí no iban, sino que ellos iban a La Garnacha (luego resulta que me entero de que ambos son del mismo dueño... pero ya no del dueño que dio fama a Ezequiel).
Saliendo, coincidí con tres simpáticos cordobeses (como Loli), muy buena gente que, ante su admiración y sorpresa por mis 700 km ya caminados a mi edad, me han hecho este gracioso vídeo.
La llegada a Arzúa me ha recordado a la leyenda de La chica de la curva, porque no llegábamos nunca. Sabíamos que estaba ahí, al final de esa laaaaaaaarga y no muy pronunciada pendiente, pero no llegábamos nunca, no se veía. Y llegué a pensar: “Arzúa no existe, es una leyenda”.
Con Herenia he estado cenando en una plaza de Arzúa donde "los tunos" la han liado y de qué manera (y esta vez sin limitación de tiempo de retirada).
IMÁGENES 29ª ETAPA:
#txabi_aporelcamino_2022