28 Junio
VIGÉSIMA ETAPA, 17K - Acum 492,7
HOSPITAL DE ORBIGO - ASTORGA
Dificultad 2 / 5 Paisaje 2 / 5
He amanecido con un desayuno grupal en Albergue Verde (nota: si un yankee te
pregunta si quieres un café y tu le dices que sí, lo que recibirás será un
tazón enooooorme lleno hasta arriba de algo líquido y oscuro, lo que viene a
denominarse por aquí “un café americano”; pues bien, a mi hoy me lo ha
preparado un americano de pura cepa, que me ha corroborado la exactitud del
término que usamos).
Antes de partir, el responsable del albergue me ha regalado esta "zamburiña"
y, muy por encima, me ha estado explicando la historia de la bronca continua
entre los que defienden la “concha” y los que se aferran a que el
símbolo ha de ser la “zamburiña”. Y parece tener más sentido el que sea
ésta y no la otra el símbolo más acertado. Como indiqué días antes de la
partida, no llevaba visible por ningún lado gadget externo caminero alguno
(salvo el #txabi_aporelcamino_2022 en las gorras y la mochila). Pero después
del buen rato pasado en ese albergue, he decidido que a partir de hoy la llevaría
con orgullo en la mochila, con el encargo -eso sí- de que a mi regreso debía
"pasarla" a alguien que fuera a hacerlo por primera vez, o que se
iniciara en un primer tramo, o completara uno más de los que ya hubiera hecho
anteriormente (en mi caso, "se la pasaré" a mi alcaldesa-runner (*), ya que estoy convencido que tiene
EL CAMINO "en cartera").
Esto finalmente ocurrió
en septiembre, después de haber solicitado un encuentro con mi alcaldesa Pilar
Díaz, que en la Sala de Plenos del Ayuntamiento se mostró ilusionada, honrada y
encantada de ser poseedora, portadora y posterior
cedente de mi zamburiña.
He arrancado a andar, solo, poco
antes de las nueve; no había prisa alguna. Como además la etapa era cortita, me
la he tomado con calma, a ritmo de persona +/- normal (los 17k han caído en
3:32, ritmo medio de 12:48, todo y habiendo la subida constante del km. 3 al
10, que he logrado superar a buen ritmo.
.Y, al llegar al 10… UN OASIS (o la visión clásica
cinematográfica de lo que sienten los que andan perdidos por el desierto cuando
encuentran algo así.
David transmite paz, tranquilidad, sosiego… no es un hippy
trasnochado, lo suyo es una actitud de vida. Quiere libertad para todos y cada
uno (incluso la libertad de ponerte como el Quico y marcharte sin dejar un
céntimo de euro.)
El momento curioso ha sido cuando le he preguntado cómo iba de
cobertura por estos parajes, si estaba ciberactivo, si tenía buena conexión (un
rato antes, al darme cuenta de que sus chanclas estaban hechas polvo, le había
regalado las Hawaianas de suela doble que compré en Logroño, y que aún no había
estrenado porque me iban un pelín grandes). Y sobre lo de la conexión me ha
dicho:
- No necesito cobertura, no tengo móvil… pero tengo buena
conexión, contigo por ejemplo; porque el jueves tenía que ir a Astorga a
comprarme unas chanclas… y mi buena conexión contigo me ha llevado a que tu me
regales unas, que además son de mi número…
Me he despedido de David y he completado los 6 últimos km hasta
Astorga, cumpliendo ahí con el ritual de meterme entre pecho y espalda un “cocido
maragato”; os bien prometo que si hubiéramos sido tres en la mesa y
ponen lo mismo que me han puesto para mí solo, ninguno de los tres se hubiera
quedado con hambre; aunque yo, siguiendo la máxima de “lo que te ponen, se
come”, he casi rebañado los platos (por la noche, ensalada de tomate y
burrata con canónigos, rematado con un par de sus célebres mantecados). La tarde
la he pasado haciendo el güiri por Astorga.
Como veréis en la foto, los leoneses no llevan nada bien eso de
CASTILLA-LEÓN y la mayoría de los carteles aparecen así, con el CASTILLA
tachado.
VÍDEO: CAMINO SANTIAGO\FOTOS Y VIDEOS
DE CADA ETAPA\20+28-6