23 agosto 2020

CONTANDO LOS DÍAS...

...para que pueda ponérsela y así poder salir a trotar juntos Mario y yo.

Se fue ayer... y ya le estoy echando de menos.
Hoy he "domingueado" y he salido "al monte" mucho más tarde de lo habitual (las 10:00); pero antes de eso, sobre las 7:45 he hecho mi tabla de ejercicios, me he zambullido en la piscina, he hecho un pre-almuerzo en el bar Núria y me he ido hasta Folgueroles con el coche a por el pan y el periódico. Así que ocioso, lo que se dice ocioso, no he estado antes de ponerme en ruta.
El destino de hoy era uno de los habituales, el Santuari de Puig-l'Agulla, pero lo he hecho por un itinerario inédito hasta ahora por mi.
He hecho "un mixto", oséase, carretera-asfalto y caminos-senderos (de 6,1 km).
He salido, andando, desde Sant Julià hasta Vilalleons por la carretera (4,5 km); de ahí he cogido el antiguo camino de subida por la ladera (aunque llamarle "camino" es un acto de gran generosidad por mi parte); pero pensad que -a finales de los ochenta- por ahí bajábamos en coche (estaba, eso sí, algo más "cuidado"). Han sido 1,6 km montaña arriba.
Al llegar arriba, he cumplido con el ritual: desayuno de pagés.  Pero esta vez -era ya tarde- no han sido ni callos, ni galtes, ni bacalao... os juro que esta vez, en este plato, tan solo había una tostada de pan con tomate y un excelente fuet "made in Osona". Y una cervecita.
La vuelta (5,2 km) ha sido por la carena y por la variante -larga- de La Font de la Riera.  Y a un buen ritmo.
Como casi siempre, "lo mejor de la salida ha sido la llegada": estiramientos (no muchos, tampoco hay que pasarse), una cervecita bien fría (solo porque es una excelente "recuperadora") y un laaaaargo chapuzón en la piscina, con una vigilante de lujo para mis pertinencias (totalmente innecesaria, porque era en casa).