El día amenazaba lluvia, así que he madrugado con la intención de adelantarme a ella, y el amanecer me ha regalado vistas como éstas (... y la lluvia me ha pillado ya en la ducha).
Pero quisiera aclarar algo de ayer sábado: se me fue la olla totalmente con lo de no poder salir del propio municipio.
Ni me acordé. Así de sencillo. Le había comprado una cosa por Amazon a mi hija Marta y la noche del viernes pensé: "pues mañana, tempranito vas y se la llevas". Y dicho y hecho: 7,2 km desde donde yo vivo, en "la frontera" (el límite del municipio de Esplugues, al ladito de la sede central de Nestlé) hasta el barrio de Gracia.
No fue un desafío, ni un pasar de todo, ni nada por el estilo: sencillamente me olvidé por completo. Volví a la realidad cuando, otros 7,2 km después, al salir del segundo túnel de la pasarela que comunica el Parque Cervantes con Esplugues, al final de la recta (justo donde estuvo durante muuuuuchos meses el que mi amigo Gabri llamaba "muro de Txabi Albert") ví las patrullas de Mossos d'Esquadra y de la Policía Municipal. Entonces, sí, como un bofetón con la mano abierta en toda la cara, fue cuando recordé lo de la limitación de la municipalidad.
Tuve suerte, supongo: me tocó un policía municipal que me preguntó dónde iba, y le dije que a casa, ahí mismo, a 400 metros. Me preguntó si llevaba documentación, se la dí, lo comprobó y vía libre.
No entraré a cuestionar el que en ningún lugar de los 850 metros de la pasarela no haya ni un solo cartel que marque los límites municipales. Ni el que las patrullas se situaran a escasos 15 metros de la señal indicadora de entrar en Esplugues, encarada hacia el carril de los coches pero dificilísima de ver para los ciclistas que van dirección Esplugues y mucho más para los corredores. Y ya literalmente imposible del todo de ver si vas dirección de Esplugues a Barcelona, tanto para bicis como para zapatilleros.
La broma salía por 600€. Que tampoco cuestiono. Pero repito, si me hubieran "cazado" no habría sido haciendo una chulería, un desplante... sino por haberme levantado como "empanao", habiéndome olvidado totalmente. 
