... corto, pero intenso !
Hoy viernes no era día para
madrugar.
Iba a ser un día largo… así que volviendo a casa el Tanatorio he
optado por algo corto pero intenso, explosivo; necesitaba machacarme, agotarme, darme una
pequeña paliza, que mi cuerpo sufriera la intensidad de un esfuerzo superior al
habitual. Lo que viene a ser un desfogarse...

Así que he limitado mi circuito a
la escalera habitual, y añadiendo una actividad que nunca hasta ahora había
hecho: subir corriendo por la larga y empinada grada que hay al lado, pero no
por los peldaños, sino por el estrecho caminito de la izquierda.
Bajar escaleras, subir escaleras,
bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar
escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir
gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, correr
por el interios del casco antiguo, subir escaleras, bajar escaleras, subir
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bajar escaleras, subir gradas.
Han sido 20 cortos pero intensos
minutos, sin tiempo para fotos (pero he recuperado de archivo los dos escenarios para que os hagáis composición de lugar).
Antes, esta tarde, en el
Tanatorio, he visto una triste imagen, fruto de las consecuencias (una más) del
dichoso COVID19: un panorama tremendamente desolador. Habitualmente el
vestíbulo de la planta superior está siempre repleto de gente (de ruidosa y
bulliciosa gente, todo hay que decirlo). Hoy, con todas las salas de velatorio ocupadas,
el enorme vestíbulo de Les Corts estaba desértico…