23 mayo 2020

COMO UN RISTRETTO...

... corto, pero intenso !
Hoy viernes no era día para madrugar. 
Iba a ser un día largo… así que volviendo a casa el Tanatorio he optado por algo corto pero intenso, explosivo; necesitaba machacarme, agotarme, darme una pequeña paliza, que mi cuerpo sufriera la intensidad de un esfuerzo superior al habitual. Lo que viene a ser un desfogarse...
Así que he limitado mi circuito a la escalera habitual, y añadiendo una actividad que nunca hasta ahora había hecho: subir corriendo por la larga y empinada grada que hay al lado, pero no por los peldaños, sino por el estrecho caminito de la izquierda.     
                 
Bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, correr por el interios del casco antiguo, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas, bajar escaleras, subir escaleras, bajar escaleras, subir gradas.
Han sido 20 cortos pero intensos minutos, sin tiempo para fotos (pero he recuperado de archivo los dos escenarios para que os hagáis composición de lugar).

Antes, esta tarde, en el Tanatorio, he visto una triste imagen, fruto de las consecuencias (una más) del dichoso COVID19: un panorama tremendamente desolador. Habitualmente el vestíbulo de la planta superior está siempre repleto de gente (de ruidosa y bulliciosa gente, todo hay que decirlo). Hoy, con todas las salas de velatorio ocupadas, el enorme vestíbulo de Les Corts estaba desértico…