04 abril 2019

WHO IS WHO, para mí, en "PORQUE NOSOTRAS LO VALEMOS"


LA LÍDER

El liderazgo es algo que se tiene, o no se tiene. No es algo que se aprende, o que se desea o anhela y zas!. No. Un líder se sabe líder, pero no va con el liderazgo por delante.
Un líder lo es porque los demás así lo sienten, y lo admiten de un modo natural, sin cuestionárselo, y lo aceptan.
Y Ewelina es la líder de este equipo. Lidera con la mirada, con el tono de voz. No impone, pero se impone.
“La polaca” hizo un muy buen relevo. Y sin embargo, los fríos números championchiperos le dan 13 minutos por debajo de las primeras al acabar su relevo. Unas “falsas” primeras, por algún descontrol al paso por la primera vuelta. La realidad es que corrió su relevo en 35:02 (en la cursa previa de 7km hizo 31:57, quedando 12ª entre las mujeres).
Modo muy peculiar de correr, pero efectivo. Y siempre con esa encantadora media sonrisa achinando un poco sus increíbles ojos azules…

LA SERENIDAD

“La escocesa” aportó serenidad, experiencia, veteranía. Es aparentemente como un témpano inalterable. Linda corre con sus auriculares puestos, su botella en la mano, su pelirroja melena al viento y un modo de correr que parece que no va muy rápido, con un centro de gravedad bajo, a lo Butragueño o Baquero… pero no la pillas. Es un diésel con una muy buena velocidad de crucero.
Esta corredora, madre de familia de 49 años y dos enanos de 9 y 7 años llegó a la cursa lesionada del menisco. Pero corrió los 7km en 33:31 y consensuamos el que corriera el segundo relevo para no enfriar en exceso su rodilla... y se merendó su relevo en 33:42 (en tan solo 11 segundos más) .
En todas las fotos la veréis igual, concentrada a su manera, como ida, distante, como diciendo “...yo, a lo mío”; y siempre con esa sonrisa apacible, dulce, relajada, tranquila. Pero… ¡ échale un galgo!.

LAS GANAS

“La rumana” lo quiere todo, y lo quiere ya. Es todo ansia. Una luchadora infatigable, que ha hecho del correr un modo de vida. Nunca está contenta con lo que hace, siempre quiere más.
Laura es todo pasión al correr. Aunque pertenece a un equipo, se ha hecho a sí misma. Largos entrenos en solitario, sacando horas de donde no las tiene, porque se pasa los días (algunas semanas 7 sobre 7) trabajando; es incansable, inagotable. Y cada día más rápida.
Es la que vivió la cursa más inquieta, más nerviosa, esperando su relevo, con ganas de hacerlo muy bien. Se marcó un 31:03 en la de 7km, en la que además fue 2ª de su categoría. Tomó el testigo y lo soltó en 32:18.
De las seis miembros del equipo, es a la que hace más tiempo que conozco como corredora, y no ha hecho más que progresar y progresar, progresar y progresar… Las ganas de hacerlo bien y rápido la empujan.

LA ILUSIÓN
 
“La filipina” estaba como un niño con zapatos nuevos. Creo que, en el fondo, se estuvo preguntando todo el rato que qué hacía ella entre aquel grupo heterogéneo de corredoras, a las que intuía más rápidas que ella. Y disfrutó como un enano de cada segundo previo, durante y calculo que después.
Pero, desde que estructuré el equipo, Janette estaba prevista en él, sabía que no fallaría. No sería la más rápida, pero no tendría un “gatillazo”; su mentalidad oriental, su sacrificio, su espíritu yogui no se lo permitirían.
Alma solitaria en el mundillo runnero, recuerdo perfectamente el día que nos conocimos, en un Cros de Sants. Y lo que había visto desde entonces era unas ansias por mejorar, por crecer… y estaba convencido de que no se iba a poder permitir no hacerlo bien. Con buen criterio, no corrió la 7km e hizo su relevo, el tercero, en 35:27 aportando lo que tenía que aportar al equipo: regularidad media.

LA CONSTANCIA
“La española-bis” se subió al barco casi en marcha solo tres días antes de la cursa. Era una a una apuesta segura en mi planteamiento inicial de equipo. Pero un maldito y duro año de problemas de salud la habían obligado incluso hasta a dejar de correr, a ella, para quien el correr es su vida (vive a escasos metros de las pistas de atletismo de su club).
Sonia es “martillo pilón”: entrena, entrena, entrena. De apariencia frágil (es peso pluma), tiene una fortaleza enorme. A sus 44 años, y tras el aciago año que llevaba (no se ponía un dorsal desde julio 2018) esta madre de dos hijos adolescentes de 18 y 14 años (Júlia, la de 14, corrió también el domingo), “no estaba para tirar cohetes”, pero yo estaba plenamente convencido de que su pundonor y su amor propio estarían muy por encima de su poca preparación física (relativa). 
Y así fue: abrió nuestra tanda de relevos en la cursa y soltó la pulsera en unos muy buenos 35:13

LA COMPETITIVIDAD

Me remito a lo ya dicho de nuestra “bala colombiana”. No le gusta perder ni en las pachangas. Nunca había visto yo, a nivel popular, a un corredor preparar tan intensamente la previa de un relevo. Corrió los 7km en 28:44, entrando tan solo por detrás de la gran Hasna Bahom (que lo bordó en 27:18). En su relevo, el brillante relevo final, Jackeline se marcó unos espléndidos 30:15 después de alcanzar, y superar, a las cinco atletas que la precedían cuando tomó la pulsera en el inicio del relevo.


Y si los tres mosqueteros eran cuatro
…estas seis jabatas eran realmente siete

Sí, porque desde el minuto uno de la confección del equipo, “la española-inicial” fue ella; estuvo siempre en él. Por esto, cuando compré y estampé las camisetas a finales de febrero, su nombre estaba en una de ellas.
Ella es mi compi habitual de los pocos entrenos que hago (menos de los que yo quisiera); pero es que yo ya no estoy para muchas verbenas. En todo este tiempo María José ha pasado de no aguantar mi ritmo (que no era nada del otro mundo, 1:58) en la Media Maratón de Barcelona del 2018… a perderla de vista y ver alejarse su coleta al cabo de unos pocos metros cuando hacíamos nuestras escapadas a las pistas a hacer series. Y es que su progresión ha sido espectacular. Es otra loba solitaria también por lo que a entrenar se refiere.
Estuvo pachucha a finales de año, lo que la llevó a tener que dejar de correr, a perder mucho la forma y hasta casi las ganas de correr.
Pero volvió y volvió con ganas, con “mono de zapas”, y ya estábamos reanudando el volver a entrenar juntos, y ella a volver a “coger ritmo”… pero la Maratón de relevos por equipos llegaba demasiado pronto. Habíamos hablado muchas veces durante el año de que éste era un equipo para, por lo menos, “…tratar de hacer podio”, que todas venían con muchas ganas, que estaban muy ilusionadas…
Ante este panorama, y en un gesto que la engrandece, el miércoles día 27 por la tarde me dijo que, “…no te puedo prometer nada, y si van para intentar ganar, yo no quiero ser una carga”.
María José, eres parte de este equipo.