A ver.
Yo, que
soy urbanita.
Yo, que
soy “asfaltero-llanero”.
Yo, que había decidido parar este fin de semana,
no competir...
¿... porqué me dejo enredar por mí mismo, y me
acabo inscribiendo en un trail, a pie del Montseny, que no auguraba un
recorrido llano, precisamente?
El escenario del crimen fue “La Cursa de la Font del Dimoni”,
en Caldes de Montbui. Y “la víctima” real fui yo, que venía
de hacer un solo entreno (miércoles) en toda la semana.
Recorrido mixto de +/- 8 km de caminos, senderos y pista de tierra y
+/- 2 km de asfalto (1 al inicio del recorrido, 1 al final).
Salida en bajada… de unos 150 metros. A
partir de ahí, sube que sube que te sube… no mucho desnivel, pero sí constante.
Salgo ya con leve dolor en el tobillo izquierdo. La amenaza latente de fascitis
plantar parece ser que empieza a ser más que una simple amenaza. Me duele el
hueso en frío. Al llegar al km 3,2 -ya casi arriba de “la cumbre” de la cursa-
decido parar y hacer movimientos con el tobillo, a ver si mejora. Está “en
caliente”, así que parece que podré aguantar el camino de regreso, en bajada (4
km) y ahí que me lanzo a tumba abierta; antes pero, ya he puesto mi dorsal en
la parte de atrás, y girado… yo ya no estoy compitiendo en esta cursa. Mientras bajo, voy procurando el situarme a
un lado del camino, para dejar paso libre a los corredores que sí compiten y
bajan a todo gas.
Y así, con el tobillo nuevamente dolorido, me
adentré en el Parque y crucé la línea de meta, no sin indicarles visible
y claramente al cronometrador, al del control de llegadas y al de la mesa de control,
que no contaran mi tiempo, porque yo ya no competía, que me había apartado de
la competición en el km 3,2 pero que había decidido acabar de completar el
recorrido (7,2 km finalmente).
Felicitar a los Duscholux Ernest Sans y a Sheila Puigvert
por su tercer y primer puesto en sus categorías respectivas. Y agradecer al “anfitrión”,
el calderí Oriol “Beer&Runner”, su cálida acogida en éste su pueblo.
Lo dicho: “¿Qué hace un asfaltero-llanero como tu en un sitio como éste…?”.
A pesar de todo, un recorrido precioso,
recomendable a cualquier trailero que se precie.