02 diciembre 2021

UN RECURSO MUY SIMPLE

Estás llevando el ritmo "clavado"...  o estás ya en el último kilómetro... o quizás ya estás en la recta de meta, destacado... Y entonces va, y sucede:

 
Se te deshace el nudo de los cordones de la zapa  y ves como éstos vuelan, desenfrenados, por entre tus pies amenazando con hacerte tropezar y dar con tus huesos en el suelo. Tienes que parar para volver a anudarlos. TIENES QUE PARAR PARA VOLVER A ANUDARLOS

¡Qué putada! , no? Adiós MMP, o podio, o sencillamente, ver alejarse a la liebre, para ya no alcanzarla a esas alturas de la cursa. 

Pues... ¿Sabéis qué? 

Existe un recurso muy simple para que esta hecatombe no os ocurra:

1- Olvidémonos de cómo pasa cada uno de nosotros los cordones por los ojales de las zapas (...para gustos, colores).. 

2- Olvidémonos incluso de cómo se hace cada uno el lazo. (...todo un mundo éste el de los lazos). 

3- Tomemos, como punto de partida para todos, el lazo ya hecho, anudado

Pues bien, se agarran los lazos y se pasan por debajo del entretejido de los cordones sobre el empeine. 


El nudo podrá aflojarse, quizá... Pero los cordones NUNCA JAMÁS se desatarán. 

Ésta es una de las PEQUEÑAS GRANDES SOLUCIONES PARA RUNNERS... y corredores y andadores en general.