...cuando das el último de sus pasos, del mismo modo que el viaje no empieza cuando das el primero de sus pasos, cuando empiezas a caminar.
Estoy ya en capilla para acometer el que será mi segundo CAMINO, y nuevamente arrancando desde fuera de España, porque el nuevo camino es:
EL CAMINO DE SANTIAGO PORTUGUÉS por la Costa
del que -físicamente- daré mi primer paso el próximo día 13 de abril (léase, dentro de 9 días). Es curioso; si para el Camino de Santiago por la vía francesa, la cosa empezó a "fer bullí l'olla" 25 años atrás, para éste los acontecimientos se han precipitado, porque pensé y me decidí en hacerlo el pasado sábado.
Cada viaje se inicia en el mismo momento de su gestación mental; luego ya van llegando la recopilación de información, las listas provisionales de cosas a llevar, brujulear por las redes para tratar de adivinar cuál será la meteorología... vamos, lo que vienen a ser los preparativos, los nervios de los días previos...
Para este nuevo viaje, de momento ya tengo preparado y en máquinas para impresión, el diseño de la imagen de mi Camino portugués.
El diseño es éste de arriba, que se ubicará en una de las 2 gorras que me llevaré (la amarilla de HOKO, regalo del gran Raúl)
Y ésta de aquí debajo es una versión del mismo diseño, que ha venido obligada por los colores de fondo donde van a ir colocadas (la mochila y la otra gorra, una azul de Brooks que me tocó en uno de los "tongosorteos" en LMSD)
Y hace unos minutos que he regresado de uno de los rituales previos a la marcha; porque si todo es importante a la hora de emprender un Camino, indiscutiblemente los pies ocupan el primer lugar en el ranking; logré regresar a casa después de los 779 km del Camino anterior sin una rozadura, ni una ampolla, ni una llaga... al hacer lo que me he hecho hoy: la pedicura (con nueve días de margen para empezar a caminar en Oporto, por si ocurriera algún contratiempo).
Porque, sí, este viaje, este nuevo CAMINO ya ha comenzado...