La noche del miércoles al jueves, como diría Rambo, "...fue un infierno", que me dejó tumbado en la cama, hecho polvo, y totalmente deshidratado el día de ayer. Quedé condenado a una tostadita con pavo para desayunar, a un arrocito hervido para comer y una manzanita para cenar. Pero tuve el cuerpo totalmente molido, y estuve todo el jueves en cama (aunque, insospechadamente, he dormido toda la noche).