¿Quién
me iba a decir a mi que un sábado -caluroso de coj….- del mes de agosto, del 31
de agosto precisamente, me iba a marcar un “doblete”?. Y más, después del esguince
de tobillo y del “aterrizaje” en Ordino durante las vacaciones, lo que me había
permitido durante las vacaciones más a andar que a correr.